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Noticias
01/03/2016
Un mal de la vida moderna
Una de las enfermedades más comunes en los últimos tiempos y que tiende a acrecentarse según organismos internacionales como la OIT o la OMS, es el estrés laboral. Es importante identificar si se sufre una situación así para tomar acciones sobre ello.
Entre las enfermedades relacionadas al trabajo, el estrés laboral es lo que más lleva a la consulta a la gente en nuestro país, asegura el doctor Luis Fleitas, director de la XVIII región sanitaria y quien ha colaborado en los programas del Ministerio de Salud sobre el asunto. Las causas de esta enfermedad cada vez más extendida pueden ser variadas, señala el profesional, así como las consecuencias.
Como bien dijimos, las causas pueden ser variadas, sin embargo se pueden citar algunos puntos que la propia Organización Mundial de la Salud ha enlistado. La mayoría de los casos se dan cuando las exigencias y presiones superan la capacidad de respuesta y conocimiento del trabajador, pero también la mala organización, gestión y sistemas de trabajo o la forma de definición de los puestos pueden estar relacionados.
Las tareas monótonas o desagradables, la escasez o exceso de trabajo y con plazos muy estrictos, los horarios inflexibles, imprevisibles o jornadas muy largas y fuera de lo común, así como el ritmo y la falta de control o participación en la toma de decisiones respecto a las tareas que se realizan, son considerados factores de riesgo.
El mundo moderno es muy exigente, señala el doctor Fleitas. Hay que levantarse temprano, viajar al trabajo, pagar un costo de vida elevado, saber conciliar la vida familiar y laboral y el microclima con los compañeros y jefes, así como las presiones propias de cada trabajo, dice. Todo esto hace que las personas se vean cada vez más demandadas.
Según la experiencia del profesional hombres como mujeres acuden a la consulta en la misma medida por el estrés laboral, pero opina que en determinadas labores los hombres soportan menos las presiones.
¿Las consecuencias?Pueden ser verdaderamente serias para el trabajador y para la empresa. Una persona que sufre estrés laboral puede presentar cansancio inusual, angustia, irritabilidad, incapacidad para concentrarse y tomar decisiones, dificultad para dormir, depresión y en los casos más graves pueden derivar en problemas cardiovasculares, digestivos y trastornos musculo-esqueléticos, señala un informe de la OMS sobre el tema.
Incluso, menciona Fleitas, puede llevar al suicidio. El médico señala que lastimosamente en Paraguay no se acostumbra a documentar y por eso se pierden muchos casos pero en su experiencia, han visto casos –incluso de propios colegas- donde la enfermedad termina en una trágica decisión. De hecho, en Francia se registró un conocido caso donde entre el 2008 y 2009 varios empleados de una empresa telefónica se habían quitado la vida y dejado notas quejándose de la presión que sufrían en el trabajo, evidenciando las graves consecuencias que puede tener esta afección del mundo moderno.
Otro efecto negativo común es que las personas suelen adquirir medicamentos tranquilizantes u ansiolíticos sin prescripción médica, lo que puede empeorar la situación. En algunos caso, señaló, optan por el alcohol de forma diaria para ratar de relajarse, lo cual tampoco es recomendable.
Por todo esto, los organismos internacionales recomiendan a las empresas que analicen la situación, evalúen los riegos y elaboren un plan para cambiar la situación. Existen una serie de manuales que ayudan a las empresas a detectar estos posibles problemas y hacerles frente, porque a la larga, el impacto también es para la empresa que resiente la capacidad productiva.
Fuente: http://www.abc.com.py/especiales/fin-de-semana/una-enfermedad-del-mundo-moderno-1457507.html
Como bien dijimos, las causas pueden ser variadas, sin embargo se pueden citar algunos puntos que la propia Organización Mundial de la Salud ha enlistado. La mayoría de los casos se dan cuando las exigencias y presiones superan la capacidad de respuesta y conocimiento del trabajador, pero también la mala organización, gestión y sistemas de trabajo o la forma de definición de los puestos pueden estar relacionados.
Las tareas monótonas o desagradables, la escasez o exceso de trabajo y con plazos muy estrictos, los horarios inflexibles, imprevisibles o jornadas muy largas y fuera de lo común, así como el ritmo y la falta de control o participación en la toma de decisiones respecto a las tareas que se realizan, son considerados factores de riesgo.
El mundo moderno es muy exigente, señala el doctor Fleitas. Hay que levantarse temprano, viajar al trabajo, pagar un costo de vida elevado, saber conciliar la vida familiar y laboral y el microclima con los compañeros y jefes, así como las presiones propias de cada trabajo, dice. Todo esto hace que las personas se vean cada vez más demandadas.
Según la experiencia del profesional hombres como mujeres acuden a la consulta en la misma medida por el estrés laboral, pero opina que en determinadas labores los hombres soportan menos las presiones.
¿Las consecuencias?Pueden ser verdaderamente serias para el trabajador y para la empresa. Una persona que sufre estrés laboral puede presentar cansancio inusual, angustia, irritabilidad, incapacidad para concentrarse y tomar decisiones, dificultad para dormir, depresión y en los casos más graves pueden derivar en problemas cardiovasculares, digestivos y trastornos musculo-esqueléticos, señala un informe de la OMS sobre el tema.
Incluso, menciona Fleitas, puede llevar al suicidio. El médico señala que lastimosamente en Paraguay no se acostumbra a documentar y por eso se pierden muchos casos pero en su experiencia, han visto casos –incluso de propios colegas- donde la enfermedad termina en una trágica decisión. De hecho, en Francia se registró un conocido caso donde entre el 2008 y 2009 varios empleados de una empresa telefónica se habían quitado la vida y dejado notas quejándose de la presión que sufrían en el trabajo, evidenciando las graves consecuencias que puede tener esta afección del mundo moderno.
Otro efecto negativo común es que las personas suelen adquirir medicamentos tranquilizantes u ansiolíticos sin prescripción médica, lo que puede empeorar la situación. En algunos caso, señaló, optan por el alcohol de forma diaria para ratar de relajarse, lo cual tampoco es recomendable.
Por todo esto, los organismos internacionales recomiendan a las empresas que analicen la situación, evalúen los riegos y elaboren un plan para cambiar la situación. Existen una serie de manuales que ayudan a las empresas a detectar estos posibles problemas y hacerles frente, porque a la larga, el impacto también es para la empresa que resiente la capacidad productiva.
Fuente: http://www.abc.com.py/especiales/fin-de-semana/una-enfermedad-del-mundo-moderno-1457507.html
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